lunes, 20 de agosto de 2018

Biplaza


Y desde mi balcón no se ve el horizonte. Pero hay. Si el mar estuviera cerca, por esta vez, entraría corriendo y aleteando con los brazos como para salir volando antes de que me revuelque. Porque necesito que algo se mueva y destrabe esta letanía. Y no sé cómo hacer. No, no es un tema de reglamentos. Nada de eso. Es querer jugar y disfrutar. Y mover. Y, de nuevo, hacer como que volamos... ¡y volar!

Hay un solcito fresco, pero solcito al fin. Dejo que me alumbre, que me dé calor. Si cierro los ojos veo negro, rojo y por fin llega el naranja. Y el amor no se va, permanece. Me acabo de acordar de que a veces duele. 

Pienso que si además de mover los brazos corremos un poco, en algún momento, vamos a despegar. Vas a ver. Seamos un biplaza para siempre. 

Ahí va el Capitán Beto por el espacio...

jueves, 2 de agosto de 2018

A lo Pollock



Comenzar es una elección. Terminar, también. Asociamos “comienzo” con un suceso alegre y “fin” con un episodio triste. Claro: nacimiento, muerte... Pero, ¿y si usás el optimismo como si fuera tu color favorito? ¡Fijate cómo cambia! Pensar el comienzo como algo alegre y el fin, también. Ver lo bello, ver lo bueno. Pensar en colores y con mucha luz, como pintando un cuadro. Atravesar lo difícil con pinceladas cargadas de pigmento y estrellando la pintura sobre el lienzo, a lo Pollock. O vestirse de superhéroe para jugar a volar... ¡y volar!: en las nubes siempre se pueden encontrar formas graciosas.  

Amá, no envidies, luchá, soñá y reíte. Y hacé cada día, aunque sea un ratito, algo que te guste mucho: me tomo cinco minutos y soy feliz.