lunes, 8 de mayo de 2017

Manuel sabe


Diez dedos vagos. Eso. Pero cuando empiezan a danzar sobre el teclado se arma una trama, una red, un crochet de ideas que buscan salir, expresarse, flotar y –en el mejor de los casos– volar. ¿A vos qué cosas te hacen volar? A mí, la mirada intensa, el abrazo sincero. Y la música, sobre todo (Manuel sabe, porque le pasa lo mismo). 

Busco nido, busco casa, busco cielo: encuentro mar. Siempre hay un mar donde perder la mirada y dejarse llevar. Aunque a veces te pese, aunque otras no entiendas, aunque muchas te enojes con lo que te toca vivir, la vida es maravillosa. Como la música, como el silencio. Como el queso.

Sí, mis queridos: el queso también es vida. No todo tiene que ser tan romántico. Bueno, al menos no para mí. Almibarado, no: paso. Dame ritmo, baby. No empalagues. Si te quiero, te quiero. Si me aburro, me aburro. Las caretas a Venecia. Ser lo que se es, no simular. Ahhhh... ¡qué paz!

En fin. ¿O en principio? No sé. Hay demasiado extremista por ahí. Y yo con mis valiosas medias tintas a cuestas. Mientras los grupos se enfrentan cada vez más, yo me esfuerzo en reforzar mis medias tintas. Fusionarme en colores nuevos, desconocidos. El papel es fuerte: no se va a agujerear. Flexible, más y más flexible. 

(Yo no quiero volverme tan loco...)


La pintura es de Rubén de Luis