sosa. (Del lat. insulsus). 1. adj. Que no tiene sal, o tiene poca. 2. adj. Dicho de una persona, de una acción o de una palabra: Que carece de gracia y viveza. U. t. c. s.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
50
Mientras un perrito con voz finita ladra, ladra y ladra a lo lejos y otro con un vozarrón potente le responde, yo voy llegando al medio siglo. Guau. Tantos años han pasado desde que llegué a este planeta... Y nada ha cambiado demasiado en mí. Bueno, tal vez sí. Aunque desde que me acuerdo, me molestan mucho los ruidos, no soporto los ronquidos, me angustian las discusiones y me encanta tener amigos. Dibujar me tranquiliza y la música me conmueve. Me llaman la atención los cielos siempre tan, tan altos. Y también los ojos negros de mirada profunda. Me cuelgo de los abrazos de mis queridos y sueño con que me traslado volando bajito, como Robotina. No puedo resistirme al queso rallado ni a una tarde de sol mirando el mar. Y si no hay mar, miro los árboles. Los admiro: siempre tan peinados, siempre tan altivos. El color verde me encanta: es uno de mis favoritos.
La vida me trajo hasta acá. ¿Y ahora? A aprender cosas nuevas, a divertirme, a amar. Amar, siempre. Ya no hace falta explicar. Qué bueno. Sí quiero seguir encontrando con qué entusiasmarme hasta el fin de mis días. Y si la vida se hace muy larga, espero poder seguir teniendo motivos para reírme. Me gustaría ver el mar más seguido, morir en su orilla, y que me susurre eternamente. También quiero volar, para conocer mejor las nubes. Y aterrizar en lugares nuevos, donde todo sea un descubrimiento.
Cantaré más seguido, seguiré nadando y –quién te dice– a lo mejor aprenda a manejar. O a tocar algún nuevo instrumento. No me quiero aburrir nunca. Es aburrido aburrirse. Aburridísimo.
Extraño a Amelia, a Ernesto, a Clotilde, a Margara, a Manuel. También a Malena. A Claudito... A Carlos, a Juan Manuel, a Joyita. Las tardes en Pergamino jugando al Patrón de la Vereda. Los veraneos en Villa Gesell en el autocamping California. Cantar en canon cuando íbamos llegando a algún destino en el Fiat 128 de papá.
Nada de todo eso me quita las ganas de vivir. Y si flaqueo, me levanto. Y me tiro de cabeza: el agua me recibe siempre con una caricia. Nadar me conecta con lo que soy y sobre todo con lo que puedo ser.
¡Feliz cumpleaños!
And in the end
The love you take
Is equal to the love
You make.
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