lunes, 30 de mayo de 2016

Llegar



Me costó llegar. Cambiaron el camino y no veía la entrada. Pasa todo el tiempo. Pero los años te ayudan a encontrar brújulas instantáneas, aún cuando no tenés idea de que contás con ellas. Sí: brújulas. No GPS, ni GoogleMaps: brújulas.

Reconozco que los cambios me asustan bastante. Pero una vez que estoy en medio de la vorágine que significan, los disfruto. Disfruto de no saber, de descubrir. Lo predecible me aburre, la monotonía también. Pero si hay un refugio, me quedo. Y si hace calor, mucho más.

No tengo muchas ganas de bucear hoy. Así que voy a ser breve.

3...
2...
1...

Au revoir.

(¡Ah! Me encantan los globos terráqueos. No sé por qué aún no tengo uno...)