Ojalá que este año traiga claridad. Siempre pido lo mismo. Claridad, voluntad, suavidad. Verde, azul, algún rojo. Mucho amarillo y blanco. Violeta, siempre. Agua fresca y algún sifón. Ventanales llenos de cielos. Volar un poco, en avión o en patineta. Hacer la vertical y ver todo patas para arriba, diferente, nuevo. Ser un poco más y aparentar un poco menos, en lo posible nada. Andar mucho y descubrir. Reírse a carcajadas, hasta que te salgan lágrimas. Amar hasta quedar exhausto, incluso cuando te provoque dolor, miedo, tristeza. Encontrar tu propia manera de vivir, deshacerte de ese molde en el que te dijeron que tenías que encajar. Rompelo. Tiralo. Ni siquiera vale la pena que lo modifiques, porque un molde te limita, inevitablemente.
¿Y quién soy yo, tan imperfecta, testaruda, temperamental, obtusa, para darte consejos? Nadie. No es esa mi intención. Ya sabés que me escribo para volver a descubrir cada vez qué camino nuevo puedo encontrar. Porque para mi "año" es sinónimo de "camino". ¿Coincidimos?
No pidas lo que no podés dar. Es injusto y pretencioso.
Entonces, repaso: amar, sentir, escuchar, cantar. Abrir. Cambiar. Hacer, hacer, hacer, hacer. Crecer. Estiraaaaarse. Y de nuevo, amar.
All you need is love. Beatles a mi.
¡Feliz Año Nuevo! Y que el 13 no te asuste: el mundo se terminó y empezó otro, como cada vez que desees que así sea.