lunes, 31 de diciembre de 2018

Fluir


Dejo acá lo que no fluye. La vida es esta, con lo lindo, lo feo, las coincidencias y las disidencias. Pongo en un atadito los rencores, los desamores, las tiranteces, los enojos inútiles. Tal vez alguien pueda reciclar aquello que descarto. En un lienzo blanco y amplio coloco un montón de papelitos brillantes de colores, algunos bien oscuros y opacos, plasticola, varios lápices y ningún borrador: veré qué dibujar. No sé qué saldrá. 

Que encuentres tus propios colores, que camines liviano: hacé tu parte para que la vida fluya... tus rencores, tus enojos, tus tristezas son tuyas: seguramente habrá quien pueda alivianarte los dolores pero nadie va a caminar tu camino ni atravesar tus penas si vos no lo hacés. ¿El amor? Encontralo, porque hay. Viene en distintos formatos, en distintos colores. ¿El odio? Sí: también hay. Atravesalo antes de que te atraviese, usá tus herramientas para transformarlo y, si no podés, alejate: no sos Don Quijote y tu vida pasa. 


Otra vez: que fluya. 

¡Feliz Año Nuevo!

(Gracias, Bea: esta vez sos mi gurú.)

lunes, 20 de agosto de 2018

Biplaza


Y desde mi balcón no se ve el horizonte. Pero hay. Si el mar estuviera cerca, por esta vez, entraría corriendo y aleteando con los brazos como para salir volando antes de que me revuelque. Porque necesito que algo se mueva y destrabe esta letanía. Y no sé cómo hacer. No, no es un tema de reglamentos. Nada de eso. Es querer jugar y disfrutar. Y mover. Y, de nuevo, hacer como que volamos... ¡y volar!

Hay un solcito fresco, pero solcito al fin. Dejo que me alumbre, que me dé calor. Si cierro los ojos veo negro, rojo y por fin llega el naranja. Y el amor no se va, permanece. Me acabo de acordar de que a veces duele. 

Pienso que si además de mover los brazos corremos un poco, en algún momento, vamos a despegar. Vas a ver. Seamos un biplaza para siempre. 

Ahí va el Capitán Beto por el espacio...

jueves, 2 de agosto de 2018

A lo Pollock



Comenzar es una elección. Terminar, también. Asociamos “comienzo” con un suceso alegre y “fin” con un episodio triste. Claro: nacimiento, muerte... Pero, ¿y si usás el optimismo como si fuera tu color favorito? ¡Fijate cómo cambia! Pensar el comienzo como algo alegre y el fin, también. Ver lo bello, ver lo bueno. Pensar en colores y con mucha luz, como pintando un cuadro. Atravesar lo difícil con pinceladas cargadas de pigmento y estrellando la pintura sobre el lienzo, a lo Pollock. O vestirse de superhéroe para jugar a volar... ¡y volar!: en las nubes siempre se pueden encontrar formas graciosas.  

Amá, no envidies, luchá, soñá y reíte. Y hacé cada día, aunque sea un ratito, algo que te guste mucho: me tomo cinco minutos y soy feliz.