viernes, 29 de mayo de 2015

Arco Iris



Tejiendo. Con aguja finita y sin anteojos. Así es la vida. Vas casi a ciegas. Tramando. Creando. Deshaciendo y volviendo a construir. Yo prefiero ponerle colores. Muchos colores. Y si estoy triste, aún más.

Las cosas no siempre son como las soñaste. Pero, ¿quién sabe si lo que soñaste es bueno para vos? Mirá, pero mirá con una lupa limpia y prestada, para poder ser un poco más objetivo. Tu libreto lo escribiste vos, no vale. Y cruzar de vereda y mirarte desde enfrente es muy útil.

Y si de repente te sentís muy chiquito, casi insignificante... Sí, lo sos. Y eso está bien. Ejercita tu humildad y doma tu ego. Y te das cuenta de que no sos tan importante. Eso no quiere decir que no seas valioso. Borremos clichés y que los moldes sean de plastilina, para poder transformarlos.

Y si el cielo hoy está gris, el universo no te está castigando, ¿dale?

Justo miro por mi ventana y el sol manda un rayito que atraviesa las nubes. Ya sé: tampoco es que el universo ilumina para mí: ilumina para todos.

Qué bien.

Rojo. Naranja. Amarillo. Verde. Celeste. Azul. Púrpura.