Hoy mientras nadaba y pensaba (para eso voy a nadar) me pasó algo interesante: de ida casi lloraba por un pensamiento que se me cruzó entre la gorra y las antiparras y cuando estaba pegando la vuelta, le pegué la vuelta a esa idea triste y se volvió esperanzadora... ¿Será que los orientales son buenos nadadores? ¿Será esa la intención de las señoras (y señores) que se estiran la cara hasta parecer orientales? A lo mejor estamos equivocados y no es una manera de sostener el ego de la juventud. Sí, ya sé... Estoy destilando ironía en este comentario. Pero si no la destilo acá, ¿en dónde? ¿Para qué escribís, si no?
¿Te acordás de los caramelos Suchard? Eran unos que venían envueltos en papel blanco y los extremos tenían colores acordes al sabor. Apenas los probabas eran ácidos, pero después se volvían dulces. ¿O era al revés? Creo que me parezco un poco. Un poquito, nada más. Y solo a veces.
Están repitiendo las pruebas de natación de hoy. Las voy a volver a ver. Me encantan los nadadores. Ellos deben saber lo que yo trato de descubrir.
A sus marcas...
Listos...