martes, 21 de febrero de 2012

Hacia vos


Tanto para decir. Tanto para escribir. Tanto para sentir... Qué sé yo. Algunos días me siento tan tan tan completa de cosas, de proyectos, de sentimientos. Entusiasmo puro. ¿Viste cuando el avión despega? El corazón late más fuerte, te separás del piso, flotás. Sos tan, tan pequeño. De repente. O tan, tan enorme...

"Bailo porque no puedo volar", me lo dijo hace muy poco alguien a quien admiro y respeto enormemente. No es un bailarín profesional. Es un señor que me enseñó y me enseña a ser mejor persona, como un papá. Parecido, bah. Algún día les voy a contar sobre él.

Y la vida es esto. Sencillo. Hacés la plancha y –si te hundís– la volvés a hacer. No pasa nada. Un poco de cuidado con la dirección de los spots, y nunca olvidarse de apuntar uno hacia vos. Siempre. No tiene que ser un par mil. Es sólo un foquito. Pero apenás se quema tenés que tener con qué reemplazarlo. Nada de "baby you can light my fire", como decían los Doors. Todo bien con la pasión... Pero tu luz es tuya, y de vos depende que alumbre. Y el amor le da más brillo, y –tal vez casi sin ocuparte– se mantiene encendida, claro...

No soy fan de Calamaro, pero coincido en que "no se puede vivir del amor". Y yo, ya no quiero a quien no me puede querer. Eso aprendí.

¡Jáiooooooooo, Silver!