lunes, 24 de agosto de 2015

Cariátide


Si lloro un día entero, ¿se pasará? Sana, sana, colita de rana. Tengo los dedos superadheridos. Y el corazón empastado, opaco y lento.

Que brille, que brille, que brille otra vez. Que me pueda creer que el cielo es real. Que pueda ver. Verme. Verte. Que el aire no me haga toser. Que no tenga que presionar FF a cada rato para encontrar la música que me conecte. Que me alivie. Qué panqueque... (What???)

Dulces sueños empalagan. Mucho sueño y poco dulce. Con sal. Sin sacarina, por favor. Artificial, nada. ¿Nada la rana debajo del agua? Sale a cantar y la hacen callar... ¡SHHH!

Callate, callate, callate. No digas, no pienses, no oses desear. Olvidate, encerrate, tragate la llave y NO vomites. Punto. Terminado. Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé...

No creo. O creo. Pero veo. Y si cierro los ojos, veo mejor. Y si me aburro, me voy. ¿Modo cariátide y ya? Puff... No. ¡NO!

El banana-boat fue divertido hasta que se dio vuelta y todos caímos. Carcajada berreta sobre hule amarillo. ¡Midaaaachi! El enojo impulsa lo más bello de mí. Pero sosasosegate, soseate, sos.

En fin. Nada que entender. Mucho que nadar. No vuelo, no brillo, despego y me caigo hoy. Síndrome de lanchita Pof-Pof, pero en silencio.

Y vos, ¿de qué te reís?

... ... ...

Sana, sana, colita de rana...